Erica Worrell: Selección 1:

Un gran impacto

Mariposas revoloteaban en mi estomago. Todo mi cuerpo no podía sentir nada porque tenía mucho emoción. Yo estaba a punto de recibir un correo muy importante: la lista de actores para la musical de la primavera. Yo había practicado y practicado mi canción de audición hasta que estaba cantándola en mis sueños. Estaba determinada de desempeñar el papel de Aldonza— la principal. Ella era una prostituta cocinera quien se convierte majestuosamente a una mujer angélica quien se llamaba Dulcinea. Nada me interesaba más que el concepto de ser responsable de una transformación tanta dramática. Estaba casi obsesionada con ganar esta parte. Yo me sentía en mi cuerpo que yo tenía la capacidad de hacer el trabajo tremendo. Yo había participado en el teatro por muchos años mejorando mi arte. Me sentí que estaba preparada. Escuché la garrapata infinita del reloj mientras sentando impaciente en la sofá con mis padres y hermano, esperando por lo cual podría ser lo mejor o peor noticia de la noche. Estaba refrescando constantemente el feed para saber el resulto. Las once pasó, después las once y media, ahora sólo quedaban los minutos. Cuando casi tenía un calambre en el pulgar, el información que yo estaba esperando estaba a mi alcance. Mire a mi mamá con una cara muy ansiosa y ella me animó a abrir el correo. “Anuncio de reparto para Man of La Mancha” Lo dijo, mientras yo valientemente abrí el correo. Lo leí completamente hasta que vi los nombres que yo había querido: “Aldonza (Dulcinea)………..Erica Worrell” ¡Inmediatamente mi cara se iluminó! ¡Grité con felicidad porque nunca había sentido más emoción que ese momento! Mis padres y hermano realizaron que había recibido buenas noticias y me ahogaron con besos y abrazos. A partir de ahora, tendría que dedicar no solo mis noches a horas de tarea, pero a horas de practicas del teatro para la musical. Tendría que aprender cómo establecer un regimiento suficiente para equilibrar el teatro con la tarea, lecciones del piano, mis amigos, y mi familia. Aunque a veces no era fácil, mi pasión y mi dedicación me animó para tener éxito. Pasamos horas y horas por tres meses preparando canciones, y diálogo, y coreografías. Mis noches no eran calladas… eran caóticas, pero cada noche salí del ensayo con una sonrisa en mi cara. Después de los bastantes horas de prácticas por tres meses, la noche de la musical había llegada. Yo tendría la oportunidad increíble de desempeñar la papel de Aldonza… para darle vida Un gran impacto Erica Worrell frente a una audiencia en vivo con la ayuda de mis compañeros de la musical. La directora del maquillaje y el pelo puso los manos en mi pelo rizado para ponerlo más grande y loco. Mi costumbre fue ensuciada y rasgado. Mi maquillaje era imperfecto para resaltar la idea que Aldonza no tenía una vida fácil. Ella había visto una mala racha. Empezó a calentar mi voz y contar los minutos hasta que el empiezo de la musical… hasta que el momento más vigorizante. La hora llegó y la musical empezó. Caminé al frente del escenario y me sentí las luces sobre mi piel. Me sentí un extremo sentido de satisfacción de saber qué tan lejos llegó yo. Finalmente, no fui confiada a nuestra sala de ensayos. ¡Ahora podría compartir Aldonza con una audiencia en vivo! Yo grite, gruñí, tire puños, canté, reí, amé e incluso lloré como Aldonza. Cuando se acabó la musical, la audiencia se explotó con emoción, y por eso me sentía un gran sentido del orgullo para saber que yo había participado como parte de algo que podría tener tanto sentido. El reparto de la musical se formó una línea enfrente del escenario y inclinó como una ofrezca de gracias al audiencia que estaba ovacionado a nosotros. Esta experiencia me permitió a aprender algo nuevo dentro de mí. Tenía una revelación que… Aldonza me había entregada una nueva fuerza que ahora podría guardar conmigo para siempre. Ella es una recuerda constante en mí que es necesario tomar los riesgos. Es necesario correr a los oportunidades que nunca habría tomado antes. La chispa ardiente de ella quedaría conmigo para servir como un recordatorio. Siempre y cuando seas fuerte, al fin del día, todo sería bien.